domingo, 15 de noviembre de 2015

UN TERRITORIO DETERMINADO

En la escalada de declaraciones propia del momento me ha sorprendido el aparente reconocimiento del Estado Islámico como tal, como un Estado nuevo al que parece que estamos cerca de formalizar una declaración de guerra. En palabras exactas de Hollande: "Los atentados de Paris son un acto de guerra del Estado Islámico". Sin embargo que el Estado Islámico efectivamente lo sea abre un debate jurídico de enorme complejidad. Debiéramos empezar recurriendo a la Convención de Montevideo, de 1933, sobre Derechos y Deberes de los Estados, en la que se establecieron cuatro requisitos para el reconocimiento: una población permanente (i), que habita un territorio determinado (ii) y administrado por un gobierno (iii) capaz de mantener relaciones con otros Estados (iv); a los que con posterioridad se han impuesto, de facto, otros dos criterios complementarios: la independencia y la legitimitidad.

Pero lo que aquí nos proponemos abordar es solo un pequeño análisis de ese segundo requisito el de: un territorio determinado. Si buscamos por la web el territorio del Estado Islámico nos encontramos con un espacio expansivo que a día de hoy se suele cartografiar del modo siguiente:


El EI es algo novedoso, tiene una forma de crecimiento que no se corresponde con la que imagino típica de mancha de aceite en los habituales movimientos de expansión territorial. El EI no es una superficie de perfil más o menos complejo. El EI es un sistema nervioso que se expande a través de corredores, de arterias pertenecientes a otros Estados. El EI, pues, se infiltra sobre lo existente y se desarrolla a lo largo de canales que revelan una inteligencia, una estrategia, un conocimiento profundo del territorio. El EI es un virus que no está interesado por cualquier suelo, por la extensión sin más, tan solo por una parte relevante de él. ¿Pero cuál? Pues ni más ni menos que los cauces de los ríos Tigris y Eufrates. El EI está empezando a gobernar en los dos ríos más antiguos de la humanidad, en los dos grandes ríos mesopotámicos que configuraron eso que gustan llamar "cuna de la civilización". Así que al margen de esa pregunta que muchos se están haciendo sobre el origen de las armas del EI, lo que la ocupación territorial permite asegurar es que agua no les va a faltar.

Pero este territorio en apariencia desértico y hostil también disfruta de otro bien no menos preciado, el petroleo, cuya caprichosa presencia subterránea permite construir otra cartografía que completa la explicación sobre el territorio determinado:


Entonces el territorio determinado del EI es el territorio estricto de los dos bienes de mayor valor del planeta: el agua y el petroleo, lo que sin duda permite imaginar que con una gestión administrativa mínima puede generar una situación económica más que saneada.

No creo que el EI pretenda reconquistar Al Andalus, pero sí creo que el EI emerge como un nuevo actor en la Región que incluso antes de ser extirpado termine siendo reconocido. Desde luego su política territorial no puede ser más estratégica en cuanto a obtención de recursos y sistema de infiltración.