viernes, 8 de diciembre de 2017

Puente casero


Si tú no sacaste el vuelo con el tiempo suficiente para ir, pongamos: a Frankfurt, donde realmente nada se te ha perdido. Si la consulta de tu cuenta corriente invoca austeridad extrema. Si detectas que esas dificultades económicas resultan de una trayectoria que ya no tiene reparación pero que tu entorno nunca ha entendido. Entonces puede que en esas fechas que convocan los puentes: sufras, más por ellos que por ti pero sufres. Sin embargo, entre la extravagancia del viaje insostenible a ninguna parte y volver al café rutinario, existen alternativas que paso a recomendar:

1. Busca en internet: lugar de interés geológico (LIG). Encontrarás una lista de lugares sorprendentes y podrás acceder al mundo mágico de la historia de nuestro planeta. Una historia de acción y conflicto que nada tiene que envidiar al más brillante de los western. Un ejemplo a 30 kilómetros de mi pueblo, Murcia, son Los Arrecifes del Rellano, donde sucede el siguiente relato: Las rocas existentes en el entorno del Rellano nos sirven para reconstruir parte de la historia geológica de Murcia, durante los últimos 225 millones de años, en los que Murcia pasó de ser un desierto cercano a la costa, a una plataforma marina que se fracturó y hundió (zonas norte y noreste del Rellano), para posteriormente convertirse en un archipiélago de islas con arrecifes coralinos (zona sur del Rellano), que fue sustituido por salinas costeras y finalmente su total emersión y el modelado del relieve por las aguas de escorrentía. En al imagen siguiente podemos ver un detalle de un arrecife coralino de ese tiempo de archipiélago:


En al imagen siguiente podemos ver una llamativa discordancia entre las facies triásicas rojas y los conglomerados cuaternarios:


2.  Convoca a tus colegas de basket para un 3x3. No pienses que todos están por ahí. Quizá no pueda ser el 5x5 habitual, pero es muy probable que puedas llegar al 3x3, y te lo agradecerán. Juegas al aire libre y son muchos partidillos "aguantando" el buen olor que llega de la Pizzería Alemana de al lado de la pista. Es el momento de probarlas sin prisas a la salida, combinadas con unas buenas cervezas alemanas. Te sorprenderá la historia del dueño, alemán indiscutible con un padre de Guadalupe.




3. Organiza un paseo junto al mar, dilata la comida. Resuelve los gintonics de algún modo y ofrece el atardecer. Ese momento que el cielo se incendia es parecido en todos sitios y por manido que sea, reparar en él, atenderlo, te puede trasportar a cualquier lugar.



4. Inscríbete con tiempo en un congreso. Esmérate con el abstract para asegurarte de que lo den por bueno y deja pasar el tiempo. Entonces el tiempo se te echará encima y por fin tendrás la oportunidad de redactar ese artículo que llevas en la cabeza pero que nunca arrancas.




y 5. Compra más libros de los que puedas leer. Empiezalos conforme llegan, hasta el punto de saber de que van y asegurarte de que te interesa leerlos. Pero no los leas. Suspende su lectura tranquilamente a la espera de un momento propicio, de un tiempo sobrevenido que pudiera despertar inquietudes innecesarias. Será el momento de la inmersión compulsiva con la que llegará el transporte definitivo. Por ejemplo: Grace Paley